El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, durante una comparecencia pública junto a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha encendido las alarmas al señalar la existencia de una “conspiración” en Estados Unidos que facilita el ingreso de un estimado de 200,000 armas ilegales anualmente a territorio mexicano. Esta cifra, según el funcionario, representa una amenaza significativa para la seguridad nacional.
El informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, al que hizo referencia Gertz Manero, confirma la magnitud del problema. Se indica que al menos el 74% de las armas de alto calibre en México provienen de su vecino del norte, incluyendo armas calibre .50 con capacidad de destrucción masiva, según datos de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Estas armas, según el Fiscal, son un factor clave en la escalada de violencia que vive el país.
Gertz Manero describió la situación como “grave”, enfatizando la urgencia de implementar una cooperación bilateral más efectiva. Señaló la lentitud en el intercambio de información crítica, atribuyéndola a sistemas de control estadounidenses que calificó como “obsoletos”. Esta falta de agilidad en la respuesta dificulta, según el Fiscal, la detención del flujo ilegal de armas.
El impacto de este tráfico ilegal de armas va más allá de las estadísticas; se trata de la vida cotidiana de miles de mexicanos. La incapacidad para rastrear eficientemente las armas que llegan a México, alimenta la impunidad y dificulta la lucha contra el crimen organizado. La cooperación entre México y Estados Unidos se perfila como un elemento crucial para mitigar este problema, pero la lentitud de los procesos y la falta de información oportuna representa un serio obstáculo.
La problemática se extiende más allá de las cifras. La presencia de armas de alto calibre en manos de grupos delictivos intensifica la violencia y la inseguridad en el país, generando un impacto directo en la calidad de vida de la población. El análisis detallado de esta situación requiere un enfoque multidimensional para entender su complejidad y buscar soluciones eficaces.