Entre la devastación, una historia conmovedora emerge de la tragedia. Víctor Shaw, de 66 años, se convirtió en una de las víctimas mortales del destructivo incendio de Eaton, un hombre que dio su vida intentando salvar su hogar. Su hermana, Shari Shaw, relata los momentos de terror. Recuerda la noche en que las llamas se acercaron peligrosamente a su casa en la cuadra 3000 de Monterose Avenue, una propiedad familiar con casi 55 años de historia. “Intenté convencerlo de que evacuáramos, pero él quería quedarse”, cuenta Shari con la voz entrecortada. Víctor, según sus allegados, tenía problemas de movilidad que dificultaban su escape.
Shari describe la escena caótica: “Cuando volví a entrar y grité su nombre, no me respondió. Las brasas volaban como una tormenta de fuego, tuve que ponerme a salvo”. El recuerdo la embarga. La imagen de su casa envuelta en llamas la persigue.
A la mañana siguiente, la terrible noticia. El cuerpo de Víctor fue encontrado junto a su casa, a un costado de la carretera. Su amigo Al Tanner, lo describe: “Tenía una manguera en la mano. Parece que estaba tratando de salvar la casa que sus padres tuvieron durante casi 55 años”.
La imagen del cuerpo de Víctor, aún en la propiedad familiar hasta la noche del miércoles debido a las condiciones inseguras, es un testimonio del sacrificio de un hombre que priorizó su hogar por encima de su propia vida. La investigación sobre la causa del incendio de Eaton, de 10,600 acres, sigue en curso, uno de los cuatro grandes incendios que azotaron el área de Los Ángeles. Otros como el incendio de Palisades (17,234 acres), Hurst (855 acres) y Lidia (348 acres) también causaron importantes daños y obligaron a evacuaciones.
Mientras tanto, los equipos de rescate trabajan incansablemente, y las familias afectadas intentan reconstruir sus vidas entre los escombros y el recuerdo del fuego.