Entre el caos y la destrucción, una realidad paralela emerge en los exclusivos barrios de Pacific Palisades. Ahí, en medio de la evacuación masiva, la seguridad privada se convierte en un lujo crucial para los residentes más acaudalados. Empresas como Nastec despliegan equipos de vigilancia las 24 horas, protegiendo mansiones y propiedades de multimillonarios, un contraste agudo con la desesperación de miles de familias que han perdido todo.
Arturo García, guardia de seguridad y agente del sheriff, relata su experiencia al Los Angeles Times: “Somos los únicos aquí arriba. No sabemos cuándo iremos a casa”. Sus turnos, de hasta 17 horas seguidas, involucran patrullajes constantes por calles desoladas y enfrentamientos con saqueadores. En las últimas 24 horas, relata la recuperación de un bolso con juguetes navideños robados y la frustración de un intento de saqueo por parte de dos sospechosos en motocicleta. Aunque se mantiene discreto sobre el número exacto de clientes, afirma tener una “muchísima” carga de trabajo.
La magnitud de la tragedia es inmensa. Más de 1,000 estructuras han sido destruidas, incluyendo propiedades de lujo y lugares emblemáticos. La jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, describe la situación como “algo más allá de lo que hemos visto en nuestras vidas”. Cinco personas han perdido la vida hasta el momento, y se teme que la cifra aumente. AccuWeather estima pérdidas económicas iniciales superiores a los $50,000 millones de dólares.
El trabajo de estos guardias no se limita a prevenir saqueos. García relata cómo él y su compañero detectaron humo en una vivienda abandonada. En lugar de esperar la llegada de bomberos, detuvieron un camión y lograron evitar la propagación del fuego a otra propiedad. “Estamos activos todo el tiempo; tan pronto como los saqueadores ven las luces en nuestras camionetas, se van,” explica.
La Oficina del Sheriff del Condado de Los Ángeles reporta la detención de 20 personas por saqueo y robo. Mientras tanto, la situación pone de manifiesto una dura realidad: la capacidad de proteger los bienes materiales se encuentra directamente relacionada con el poder adquisitivo. Mientras los millonarios de Pacific Palisades, un vecindario que alberga celebridades como Mandy Moore, Anthony Hopkins y Billy Crystal, pueden contratar seguridad privada, miles de familias dependen únicamente de la ayuda de las autoridades, enfrentando la pérdida total de sus hogares y pertenencias. Más de 1,500 bomberos y 600 miembros de la Guardia Nacional luchan incansablemente contra las llamas, apoyados por aviones C-130 y helicópteros.
Los incendios, iniciados el martes en un jardín de Pacific Palisades y avivados por fuertes vientos, representan una de las tragedias más devastadoras en la historia reciente de California. La destrucción no se limita a las estructuras físicas; también deja al descubierto una profunda desigualdad social.