En un discurso pronunciado el pasado 9 de enero ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco, a través de un colaborador debido a un resfriado, expresó su profunda preocupación por la creciente amenaza de una guerra mundial. El mensaje, leído en el Aula de las Bendiciones ante 184 embajadores, no eludió la cruda realidad de los conflictos actuales, incluyendo la guerra en Ucrania, que ya dura casi tres años. “Este es el único camino para romper las cadenas de odio y venganza que aprisionan”, afirmó el Papa, refiriéndose al diálogo como la única solución viable.
La situación en Ucrania ocupó un lugar central en el discurso, con un renovado llamado a un alto el fuego y la liberación de rehenes israelíes en Gaza. El Papa también instó a la comunidad internacional a prestar ayuda a la población palestina, subrayando la gravísima situación humanitaria en la región. Más allá del conflicto bélico, el discurso abordó temas como la crisis del multilateralismo. "Las instituciones multilaterales... ya no parecen ser capaces de garantizar la paz y la estabilidad... ni de responder de manera verdaderamente eficaz a los nuevos desafíos del siglo XXI," señaló el texto papal.
La problemática de las migraciones fue otro punto crucial del mensaje. El Papa lamentó que las migraciones sean vistas como un problema a gestionar, en lugar de como una fuente de crecimiento. Describió con crudeza las dificultades de los migrantes, “obligados a recorrer a pie miles de kilómetros… o a tener que atravesar el mar Mediterráneo… para luego terminar rechazados o encontrarse clandestinos”. Además, se refirió a la esclavitud moderna y la problemática del narcotráfico, condenando “la horrible esclavitud de dependencia de las drogas que afecta especialmente a los jóvenes”.
El mensaje papal también incluyó una serie de peticiones concretas a la comunidad internacional:
- Abolición de la pena de muerte: "Esta no encuentra hoy justificación alguna entre los instrumentos aptos para reparar la justicia".
- Condonación de deudas: Se dirigió a las naciones más ricas para que condonen las deudas de los países en desarrollo, argumentando que se trata de un acto de justicia, incluyendo la "deuda ecológica".
- Creación de condiciones dignas de trabajo: Enfatizó la importancia de que el trabajo no sea un obstáculo para el crecimiento personal.