En el centro de este debate se encuentra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), cuyo director interino, Patrick J. Lechleitner, ha expresado públicamente su preocupación por la falta de recursos. Lechleitner, nombrado en julio del año pasado, ha destacado la presión sobre la agencia debido al alto número de inmigrantes que cruzan la frontera.
Según declaraciones a NBC News, la necesidad de desplegar personal en la frontera sur para atender el flujo migratorio ha restado capacidad operativa a otras áreas del ICE. “Creo que podríamos haber hecho más. Podríamos haber destinado más recursos, ya sea en la CBP, en la frontera misma y con el ICE,” señaló Lechleitner, enfatizando la necesidad de mayor apoyo.
Las cifras son contundentes: el ICE deportó a más de 47,000 inmigrantes durante el año fiscal 2024. Sin embargo, para Lechleitner, estos resultados se ven limitados por la grave crisis de recursos que enfrenta la agencia. “Estamos en plena crisis, al límite de nuestra capacidad de recursos. En este punto, vamos a necesitar más dinero y recursos, así podremos aumentar las detenciones y las operaciones de deportación,” afirmó con firmeza.
El director interino también lamentó la falta de oportunidades para comunicar los logros del ICE durante los últimos cuatro años. “Deberían habernos dado más oportunidades para explicar lo que estamos haciendo... Déjennos hablar. Déjennos desmitificar,” dijo, señalando la importancia de una comunicación transparente para contrarrestar las narrativas inexactas.
De cara a la nueva administración, Lechleitner anticipa un futuro desafiante para el ICE. La meta de detener y deportar inmigrantes requerirá, según él, un aumento significativo de recursos y personal. La situación, claramente, requiere una atención urgente y una estrategia integral para hacer frente a los complejos desafíos migratorios de la región.