En el centro de la controversia se encuentra TikTok, la aplicación de videos cortos que ha conquistado a millones. La ley en cuestión, aprobada en abril por el Congreso estadounidense y firmada por el presidente Biden, obliga a su empresa matriz, ByteDance (con sede en China), a vender la aplicación o enfrentarse a su cierre definitivo en Estados Unidos. La fecha límite es el 19 de enero.
El argumento central de TikTok ante la Corte Suprema se centra en la Primera Enmienda de la Constitución, alegando que forzar la venta de la plataforma representa una violación a la libertad de expresión. Su abogado, Noel Francisco, declaró: "En última instancia, este caso se reduce a la libertad de expresión... De lo que estamos hablando es de ideas."
Sin embargo, la mayoría de los jueces mostraron escepticismo, argumentando que la propiedad china de TikTok plantea serias preocupaciones de seguridad nacional. El juez Samuel Alito planteó la siguiente cuestión: "¿Por qué cambiaría todo esto si simplemente se ocultara bajo algún tipo de estructura corporativa artificiosa?", haciendo alusión a posibles maniobras para eludir la ley.
El gobierno estadounidense alega que TikTok permite a Pekín recopilar datos de usuarios estadounidenses, espiar y difundir propaganda. China y ByteDance niegan estas acusaciones. La posibilidad de un cierre de TikTok en Estados Unidos, según declaró el propio abogado de la compañía, significaría: "cerramos".
Un giro inesperado en la historia lo ha protagonizado el presidente electo, Donald Trump. Tras haber intentado prohibir TikTok en su primer mandato, ahora ha expresado un cambio de postura. En una reunión con el director ejecutivo de TikTok, Shou Zi Chew, Trump declaró a Bloomberg: "Ahora que lo pienso estoy a favor de TikTok, porque necesitas competencia". Incluso su abogado, John Sauer, solicitó una suspensión del plazo del 19 de enero para permitir que la nueva administración explore una resolución política.
La situación es aún más compleja considerando el contexto geopolítico. La posible prohibición podría intensificar las tensiones entre Estados Unidos y China. A su vez, grupos defensores de la libertad de expresión, como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, se han pronunciado en contra de la ley.
Mientras tanto, el debate continúa, dejando a millones de usuarios en Estados Unidos con la incertidumbre de qué sucederá con su plataforma favorita de videos. El escenario internacional añade una capa extra de complejidad, con Europa implementando leyes restrictivas similares contra plataformas digitales, generando un precedente internacional que podría influenciar el caso de TikTok.