Un destello anaranjado que se elevaba por encima de los edificios, pintando el cielo nocturno con una intensidad aterradora. No era una escena cualquiera; era el inicio de una emergencia que movilizaría a todo el FDNY. El epicentro: un edificio de apartamentos en Wallace Avenue. Alrededor de las 2 am, un incendio de quinta alarma comenzaba a devorar el inmueble, originándose en el piso superior. La velocidad con la que se propagó fue descomunal, alimentándose de la madera y el viento nocturno. Un testigo, residente del edificio contiguo, describió la escena con una mezcla de incredulidad y dolor: "Primero vi el fuego en la azotea. Luego se extendió, el viento lo llevó al edificio de al lado y luego bajó al piso siguiente. Es triste…"
El saldo: siete heridos, cinco de ellos bomberos, luchando contra las llamas y el humo. El drama no quedó ahí. Cinco personas fueron trasladadas a hospitales para recibir atención médica, mientras que un civil atendido en el lugar rechazó el traslado. La solidaridad vecinal se hizo presente, con una escuela primaria cercana recibiendo a los residentes afectados. La magnitud de los daños materiales y la cifra exacta de desplazados aún se desconocían en las primeras horas de la emergencia.
Las investigaciones se centran ahora en determinar la causa del siniestro. Cada detalle, cada pista, será crucial para comprender cómo se originó este devastador incendio que dejó una huella imborrable en la comunidad del Bronx. Las autoridades trabajan incansablemente para esclarecer los hechos, mientras la comunidad se une para brindar apoyo a las familias afectadas.
Más allá de los números y los reportes oficiales, queda la imagen de un edificio en llamas, el recuerdo del temor y la incertidumbre, y la lucha incansable de los bomberos que, a pesar del peligro, arriesgaron sus vidas para salvar a otros.