El Departamento de Transporte de Texas (TxDOT) y las autoridades municipales de Dallas-Fort Worth trabajaron contrarreloj durante la semana previa, preparando las vías con una solución de salmuera líquida –un anticongelante– como medida preventiva. Una vez llegada la tormenta, el plan era cambiar a la arena para mejorar la tracción. Sin embargo, el peligro persiste.
La preocupación principal se centra en la formación de "hielo negro". Se trata de una fina capa de hielo transparente que se forma sobre las superficies cuando las temperaturas descienden a 30 grados Fahrenheit (o menos). Su apariencia, casi imperceptible, la hace extremadamente peligrosa. Varias pérdidas de control de vehículos se reportaron el viernes por la mañana en la región.
Esta situación mantiene a las autoridades en alerta máxima. Aunque las cuadrillas trabajan sin descanso para limpiar el hielo de las carreteras, se recomienda a los conductores permanecer en casa si es posible. Para quienes deban salir, se aconseja agregar tiempo extra al viaje y conducir con extrema precaución. Se mantiene una advertencia de clima invernal para ciertas áreas hasta las 12 p.m. del viernes. La situación, compleja y cambiante, exige una atención especial de los automovilistas.
Las autoridades locales han informado que la situación se está monitoreando continuamente y que se están tomando medidas para mitigar los riesgos. El riesgo de más hielo negro y parches resbaladizos en las vías permanece alto.