La escena, aunque habitual en estos espacios, tenía un aura diferente, una carga histórica que pocos eventos judiciales logran alcanzar. El foco estaba en Donald Trump, cuya imagen apareció en una transmisión de video vía Teams. A su lado, Emil Bove, su abogado, permanecía impasible. Detrás, la clásica estampa de banderas estadounidenses, un contrapunto visual a la inusual situación.
Minutos antes, Joshua Steinglass, asistente del fiscal del distrito, había expuesto la condena y las posibles sentencias, incluyendo la posibilidad de hasta cuatro años de prisión. Sin embargo, considerando las "circunstancias excepcionales", incluyendo la inminente asunción presidencial de Trump, la fiscalía recomendó la liberación incondicional.
Luego fue el turno de la defensa. El abogado Blanche señaló la naturaleza política del caso, afirmando que era una "promesa de campaña" por parte de Alvin Bragg, el fiscal del distrito de Manhattan. Trump, por su parte, insistió en su inocencia, calificando los pagos como "un gasto legal para Cohen" y el proceso como una "cacería de brujas política" destinada a perjudicarlo electoralmente.
El juez Juan M. Merchan, tras una breve pausa, anunció la sentencia: liberación incondicional. Sus palabras, "Nunca antes este tribunal se había enfrentado a un conjunto de circunstancias tan único y notable", resonaron en la sala, subrayando la excepcionalidad del momento. La decisión, aunque sorprendente para algunos, se basó en un análisis exhaustivo de los hechos y las circunstancias atenuantes, según explicó el juez. Merchan destacó que las protecciones legales otorgadas al cargo de presidente son las extraordinarias, no el ocupante del cargo.
A las 10:10 am, la decisión era oficial. Trump, a pesar de su condena, evitaba la prisión. La escena final, Trump con una corbata roja con finas rayas blancas o doradas, observando la sentencia con seriedad. Un detalle visual, casi imperceptible, pero significativo en un día cargado de historia.
Las implicaciones legales y políticas de esta liberación incondicional, incluyendo el precedente que establece para futuros casos similares, continuarán generando debate. El punto clave: Trump asumirá la presidencia con una condena penal en su historial, un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos.