Entre la devastación, surgen historias de solidaridad. En Sherman Oaks, Gina Zapanta y Mike Alder, una pareja de abogados, han convertido su propio bufete en un faro de esperanza para las víctimas. No se trata de una gran organización con recursos infinitos, sino de una iniciativa ciudadana que demuestra el poder de la acción inmediata.
"Tenemos nuestros negocios aquí, nuestras casas aquí. También somos abogados y ayudamos a la gente con sus necesidades legales, pero va más allá de eso," explica Zapanta, describiendo la motivación tras su generosa acción. Más allá de la asesoría legal, han ofrecido algo aún más fundamental: refugio.
Su estrategia es simple, pero eficaz: además de abrir las puertas de su oficina en Valley Village como albergue temporal, han reservado más de 167 habitaciones de hotel en el Valle para familias desplazadas. ¿El secreto de su rápida respuesta? La fuerza de la comunidad.
A través de una campaña en Venmo, han recibido donaciones que van desde un dólar hasta cifras mayores, cada centavo destinado directamente a pagar las estancias en los hoteles. "Literalmente, todo lo que donan se destina a pagar los hoteles," afirma Zapanta, enfatizando la transparencia de su iniciativa. Este fin de semana planean una campaña para recolectar artículos esenciales y paquetes de ayuda.
Para familias como la de Ariana Pérez y Edwin Isaacs, residentes de Altadena, la ayuda ha sido un salvavidas. "Lo que ven aquí es sólo mi ropa, es todo lo que tengo," comparte Isaacs, reflejando la magnitud de la pérdida. El apoyo de Zapanta y Alder ha significado un rayo de esperanza en medio de la oscuridad, un lugar seguro donde recobrar el aliento y empezar a reconstruir sus vidas. La pareja ha recibido cientos de solicitudes a través de Instagram y continúan trabajando las 24 horas para asistir a cada familia necesitada.
La lista de necesidades continúa creciendo, pero la respuesta de Zapanta y Alder es un ejemplo inspirador de cómo, incluso en medio de la tragedia, la solidaridad humana puede brillar con una fuerza inmensa. El trabajo continúa.