Aprender a navegar estas situaciones, especialmente con los más pequeños, es clave para su bienestar. Los recientes incendios en California, con sus 10 víctimas mortales y el impacto en miles, han generado una ola de preocupación. Esta situación, aunque distante geográficamente, resuena profundamente, recordándonos la fragilidad ante la naturaleza. Los niños, con su sensibilidad innata, perciben el miedo y la ansiedad de sus padres, lo que magnifica sus propias inquietudes.
Ante eventos de esta magnitud, la Dra. Tamar Kahane, psicóloga clínica, destaca la importancia de la honestidad. "Comienza por reconocer y validar sus sentimientos y la realidad. Da miedo. No es tu trabajo fingir que todo está bien cuando no es así," aconseja. Es fundamental adaptar las explicaciones a la edad; simplificar para los más pequeños y ofrecer información factual, sin abrumar, a los mayores.
La terapeuta de trauma Diane Lang coincide en la necesidad de una comunicación sensible y apropiada a la edad. "Haz que sean lo más sencillas posible y anímalos a hacer preguntas," afirma. Si no se tiene una respuesta, es válido admitirlo y buscarla juntos. Esta transparencia genera confianza y fomenta la resolución de problemas.
Validar sus emociones es crucial. Permitir que los niños expresen su miedo, tristeza, ira o confusión, sin juicio, les ayuda a procesar lo ocurrido. Frases como: "Es normal sentirse asustado en este momento" o "Es comprensible sentirse molesto por lo que está sucediendo," crean un espacio seguro para la expresión emocional. La regresión conductual en situaciones de estrés, como rabietas o apego excesivo, debe ser comprendida como una respuesta normal a la situación.
Mantener la rutina diaria, en la medida de lo posible, proporciona estabilidad. Horarios regulares de comida y sueño ayudan a generar una sensación de control y seguridad. Para niños mayores, mantener las actividades académicas y extraescolares ayuda a la normalización de su día a día.
Es importante empoderar a los niños con acciones concretas. Practicar planes de escape en casa, asignar responsabilidades durante simulacros, y participar en acciones de ayuda a comunidades afectadas, como la elaboración de dibujos para bomberos, brindan un sentido de control y participación. El Jefe de Batallón Andy Bozzo recomienda la planificación familiar de emergencia: "La práctica hace al maestro. Todos, incluso los niños, deben tener un trabajo o un papel en ese plan de escape."
Finalmente, limitar la exposición a noticias gráficas es esencial. La sobreexposición a imágenes de destrucción puede generar ansiedad y trauma. Priorizar actividades relajantes, como juegos familiares o lectura, ayuda a restablecer la calma. La atención en la salud emocional de los padres también es fundamental; buscar apoyo externo permite afrontar mejor la situación familiar.