El foco está puesto en dos incendios particularmente devastadores: el incendio de Palisades y el de Eaton. Ambos iniciados el pasado martes, presentan escenarios distintos que los investigadores del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD), el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, Cal Fire y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), están analizando con meticulosidad.
El incendio de Palisades, cerca del sendero Temescal Ridge, presenta una complejidad particular. “Los pirómanos generalmente no se adentran 150 metros fuera de un sendero a través de árboles y arbustos para iniciar un incendio y luego huir,” afirma Rick Crawford, exjefe de batallón del LAFD, descartando la hipótesis de un incendio provocado intencionalmente en este caso específico. La ausencia de tormentas recientes y de líneas eléctricas cercanas, según NBC News, refuerza esta perspectiva.
El escenario del incendio de Eaton, al este de Altadena, sin embargo, parece diferente. La presencia de líneas de transmisión de alta tensión en la zona convierte a la infraestructura eléctrica en una principal sospechosa. Ed Nordskog, detective retirado del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, explica que “en situaciones de viento y sequedad extrema es común que partículas de metal encendido provoquen incendios.”
Pero la investigación no se limita a estas dos zonas. Se analiza la posibilidad de que algunos incendios menores, registrados después del incendio de Palisades, puedan ser intencionales. Terry Taylor, investigador retirado de incendios forestales, menciona la posibilidad de imitadores inspirados por eventos de gran magnitud. Sin embargo, determinar la intencionalidad requiere un proceso exhaustivo.
El trabajo de campo es minucioso. Los investigadores, utilizando técnicas como la creación de cuadrículas de búsqueda y, en el caso del incendio de Eaton, imanes para detectar partículas metálicas, buscan cualquier rastro que pueda orientar la investigación. “Todavía tienes que determinar si la chispa de las líneas eléctricas ocurrió porque ya había algo en llamas o si fue lo que inició el fuego,” aclara Nordskog, mostrando la complejidad del proceso.
John Abatzoglou, profesor de climatología de la Universidad de California, Merced, aporta datos históricos relevantes. Más del 95% de los incendios en el condado de Los Ángeles entre 1992 y 2020 fueron causados por actividades humanas. Accidentes con vehículos y equipos son las causas más frecuentes, mientras que los incendios intencionales representan una porción menor. Este dato resalta la importancia de precisar si la intervención humana fue accidental, por negligencia o intencional.
Con un saldo de al menos 16 víctimas mortales y daños considerables, la investigación conjunta de las distintas agencias continúa. El Sheriff del condado, Robert Luna, asegura que “todo está sobre la mesa”. El tiempo, y la exhaustividad de la investigación, determinarán finalmente las causas de estos devastadores incendios.