La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó el 10 de enero la descubrimiento de una infraestructura clandestina, un túnel de proporciones considerables. Este no era un simple pasaje improvisado; se trataba de una estructura sofisticada, con medidas aproximadas de 1.80 metros de alto y 1.20 metros de ancho, equipada con iluminación y un sistema de ventilación.
Pero lo que realmente llama la atención es “la manera en que se promocionaba este cruce ilegal”. De acuerdo con las autoridades, el túnel, ubicado cerca de la Plaza de la Mexicanidad en Ciudad Juárez, se anunciaba como una opción segura y eficiente para cruzar la frontera, a través de videos en TikTok. Estos videos, ahora eliminados, mostraban imágenes del interior del túnel, un pasaje oscuro con paredes de tierra y vigas de madera, extendiéndose por unos 40 metros bajo tierra.
El precio por este "servicio" no era bajo: se estimaba que los "polleros" cobraban hasta 6 mil dólares por persona. El túnel, además del tráfico de personas, también se utilizaba para el paso de drogas hacia Estados Unidos. La investigación, que implica a la policía de Texas, el FBI, el gobierno mexicano y el consulado estadounidense en Ciudad Juárez, busca identificar y procesar a los responsables.
El jefe de policía de El Paso, Scott Good, celebró el trabajo de sus agentes, destacando su "implacable búsqueda en cada milla de El Paso" y recalcando la importancia de la cooperación binacional: "esta operación exitosa ejemplifica la fuerte cooperación entre las autoridades de El Paso y las de Ciudad Juárez". Por su parte, el agente especial del FBI, John Morales, aseguró que "la colaboración es crítica para garantizar la seguridad" y que la investigación continuará.
La redada ha dejado al descubierto la capacidad de organizaciones criminales para adaptar y aprovechar las nuevas tecnologías para sus fines ilícitos, poniendo en evidencia las vulnerabilidades de la frontera y el ingenio de quienes buscan eludir los controles migratorios.