El primer ministro de Ontario, Doug Ford, lanzó una seria advertencia esta semana: la amenaza de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos podría resultar en la pérdida de hasta 500,000 empleos en la provincia, el motor industrial de Canadá. "Estos aranceles afectarán a todas y cada una de las personas. No va a ser bueno," declaró Ford en una conferencia de prensa. La industria automotriz, según fuentes del gobierno provincial, sería la más afectada.
El impacto real, según Ford, dependerá del porcentaje final de los aranceles y de los sectores específicos a los que se apliquen. La cifra de medio millón de empleos perdidos es una proyección basada en datos del gabinete de Ford, que refleja el posible escenario más severo.
Mientras tanto, en el ámbito federal, el Ministro de Finanzas de Canadá, Dominic LeBlanc, aseguró que el gobierno canadiense está explorando opciones de represalia. Entre las posibilidades, se encuentra un embargo a las exportaciones de petróleo a Estados Unidos, un mercado que absorbe el 80% de la producción canadiense. "La única cosa responsable que el gobierno nacional puede hacer es reconocer que todas las opciones están sobre la mesa," afirmó LeBlanc, dejando abierta la puerta a medidas contundentes. La posibilidad de represalias se está considerando a la luz de las acciones que el gobierno estadounidense podría emprender la semana próxima, tras la toma de posesión presidencial del 20 de enero.
La tensión comercial no se limita a Canadá. México también se encuentra en la mira de las políticas proteccionistas de Estados Unidos. La creación de un nuevo organismo, el "External Revenue Service", anunciado por el gobierno estadounidense, tiene como objetivo, según declaraciones oficiales, recaudar los aranceles que se impongan. Este nuevo ente, con un nombre que recuerda al Internal Revenue Service (IRS), se espera que comience a operar a partir del 20 de enero de 2025. El panorama aún es incierto, pero la amenaza de estos aranceles planea sobre la economía de Norteamérica, con el potencial de alterar profundamente el tejido laboral regional.