Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, publicados a mediados de enero, revelaron que la inflación cerró 2024 en un 2.9%. Esto representa un repunte considerable y se sitúa por encima del objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal (Fed). No solo eso, sino que marca tres meses consecutivos de aceleración, generando incertidumbre sobre el futuro inmediato.
El factor clave en el alza de diciembre fue el precio de la gasolina, con un incremento del 4.4%. A pesar de esta subida, la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía) mostró una leve disminución, ubicándose en el 3.2%. Sin embargo, este dato no aminora la preocupación generalizada.
Esta situación lleva a la Fed a tomar una decisión crucial: una pausa en los recortes de tipos de interés, iniciados en septiembre pasado. Esta pausa, que podría extenderse durante varios meses, refleja la dificultad para lograr un "aterrizaje suave" de la economía, es decir, reducir la inflación sin sacrificar el empleo ni desencadenar una recesión.
La fortaleza del mercado laboral, con 256,000 empleos creados en noviembre, complica aún más la situación. La Fed enfrenta el dilema de cumplir con su doble mandato: estabilidad de precios y máximo empleo. La balanza se inclina ahora hacia la contención de la inflación, aunque la incertidumbre política, especialmente en relación a las políticas económicas de Donald Trump y sus posibles efectos inflacionarios – como los aranceles – añade una capa de complejidad al panorama.
El impacto de la inflación se siente en varios sectores. Por ejemplo, el acceso a la vivienda se ha vuelto más difícil, incrementando la frustración ciudadana. De hecho, el aumento de los precios en los últimos cuatro años, bajo la presidencia de Joe Biden, ha sido del 21%, un dato significativo que sin duda contribuyó al descontento social reflejado en las elecciones presidenciales.
Las proyecciones para los próximos meses indican que la tasa de interés se mantendrá estable en el rango de 4.25%-4.5%, al menos hasta mayo. Incluso la posibilidad de un recorte en junio es considerada remota, según las predicciones del mercado.
En resumen, la inflación en Estados Unidos continúa siendo un desafío significativo, con implicaciones tanto para la política monetaria como para el bienestar económico de los ciudadanos. La situación, lejos de estabilizarse, presenta una evolución que requiere una continua observación.