Marco Rubio, con una trayectoria de 14 años en el Senado y un reconocido dominio de la política latinoamericana, se presentó ante el Comité de Relaciones Exteriores. Su extenso historial, especialmente su enfoque en Latinoamérica, fue objeto de un profundo análisis durante las cinco horas de interrogatorio por parte de sus antiguos colegas.
Entre los temas más relevantes, destacó su postura sobre México y el combate al narcotráfico. El senador, al abordar las declaraciones del presidente electo Donald Trump sobre la posibilidad de designar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas, se mostró cauteloso pero no renuente. “Los cárteles de la droga mexicanos son ciertamente terroristas por naturaleza,” afirmó Rubio, citando el tráfico de fentanilo, la trata de personas y el terror que siembran en ambas naciones.
Sin embargo, aclaró que la designación como “grupo terrorista extranjero” podría ser una “herramienta imperfecta” debido al nivel de sofisticación y control territorial de estas organizaciones. A pesar de esto, Rubio se mantuvo abierto a explorar esta opción, enfatizando la importancia de “identificar y llamarlos por lo que son.” Respecto a una posible intervención militar estadounidense en México, Rubio señaló que es una posibilidad que el presidente electo tendrá, aunque su preferencia personal es la cooperación con el gobierno mexicano.
Otro punto crucial de la audiencia fue la creciente influencia china en el Canal de Panamá. Rubio respaldó las preocupaciones del presidente electo Trump, argumentando que aunque la soberanía del canal no ha sido transferida formalmente, la presencia de empresas chinas en ambos extremos “convierte el canal en un cuello de botella en caso de conflicto.” Destacó que “los chinos básicamente tienen control efectivo del canal cada vez que quieren,” una situación que, según Rubio, lleva preocupando por lo menos una década.
Finalmente, la audiencia tocó el tema de Cuba y la decisión de la administración Biden de retirarla de la lista de estados patrocinadores del terrorismo. Rubio, conocido por su postura crítica hacia el régimen cubano, manifestó tener “cero dudas” de que Cuba promueve el terrorismo, dejando abierta la posibilidad de revertir la decisión de Biden. Similarmente, expresó su fuerte desacuerdo con la gestión de la administración Biden en sus negociaciones con el régimen de Maduro en Venezuela, calificándola como una situación en la que “les embaucaron… las elecciones fueron completamente falsas.”
La audiencia dejó entrever un futuro de posibles cambios significativos en la política exterior estadounidense hacia Latinoamérica bajo la administración entrante, especialmente en su enfoque hacia el narcotráfico y las relaciones con Cuba y Venezuela. Las declaraciones de Rubio, a pesar de sus matices, apuntan a una postura firme y activa en la escena internacional.