Las declaraciones del presidente electo, Donald Trump, sobre deportaciones masivas y la eliminación de programas como el Estatuto de Protección Temporal (TPS) y la libertad condicional humanitaria, han sembrado el temor entre la comunidad migrante. Más de 1.5 millones de personas se ven directamente afectadas, incluyendo aproximadamente 500,000 provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, quienes llegaron bajo el programa de libertad condicional implementado por la administración Biden.
Esta situación ha llevado a un fenómeno conocido como autodeportación. No se trata de una política oficial, sino de una respuesta a las expectativas de una política migratoria más restrictiva. Personas con estatus legal temporal, incluso, están considerando la posibilidad de abandonar voluntariamente el país antes de enfrentar posibles consecuencias.
La designación de Tom Homan como "zar fronterizo" refuerza esta percepción. Sus declaraciones, como “Si quieres auto deportarte, deberías hacerlo porque, nuevamente, sabemos quién eres y vamos a encontrarte”, no han hecho más que aumentar la angustia.
Aunque las deportaciones masivas fueron una promesa de campaña durante el primer mandato de Trump, las cifras oficiales muestran que no se llegaron a cumplir las expectativas. La realidad del presupuesto para centros de detención, con solo 41,500 camas disponibles en 2024, limita la capacidad de implementar una estrategia de deportaciones a gran escala.
El impacto va más allá de los números. Organizaciones de derechos humanos alertan sobre el clima de miedo generado, afectando incluso a quienes poseen permisos temporales. La incertidumbre sobre la renovación del TPS y la libertad condicional humanitaria, que protegen aproximadamente a un millón y medio de personas, es palpable.
Michel Bérrios, una ex líder estudiantil nicaragüense con permiso de residencia temporal, ejemplifica esta situación. A pesar de su estatus legal, el temor generado por la retórica antiinmigrante la llevó a tomar una decisión drástica: abandonar Estados Unidos y buscar refugio en Irlanda. Su testimonio refleja la angustia de muchos: “Con el regreso de Trump al poder, esa incertidumbre ha vuelto”.
En Irlanda, Bérrios busca asilo, encontrando un proceso más ágil y menos represivo que el estadounidense. Mientras espera una resolución, refleja la complejidad de la situación, mostrando cómo la incertidumbre política puede forzar decisiones de vida tan radicales y drásticas.