El foco de atención se centra en el puente internacional Paso del Norte/Santa Fe, que conecta Ciudad Juárez con El Paso, Texas. En este punto clave, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) han estado realizando despliegues de seguridad inusuales, incluyendo la colocación de alambres de púas y bloques de concreto. Estos operativos, que han provocado interrupciones en el tráfico vehicular, se han intensificado en la semana previa a la toma de posesión de Donald Trump.
"Es el segundo cierre que me toca esta semana," comentó Yadira Martínez, una ciudadana que utiliza regularmente el cruce fronterizo, reflejando la creciente inquietud de la población. Estos ejercicios de seguridad, según la CBP en El Paso, forman parte de sus protocolos establecidos desde 2019, con el objetivo de preparar a los agentes para posibles incidentes. Sin embargo, la frecuencia con la que se están llevando a cabo ha generado especulaciones, particularmente entre los comerciantes locales, quienes asocian el aumento de la actividad con la inminente llegada de Trump a la presidencia.
La situación se complica al considerar las declaraciones previas de Trump sobre la deportación masiva de migrantes indocumentados. Esta amenaza, junto con su promesa de eliminar el sistema CBP One (una aplicación móvil que permite a los migrantes solicitar asilo de forma legal), ha generado una oleada de incertidumbre.
Mientras tanto, en México, las autoridades se preparan para un posible aumento en el flujo de deportados. A finales de enero, se planea la instalación de albergues temporales, principalmente para recibir a ciudadanos mexicanos. Sin embargo, la situación presenta un reto significativo, ya que la mayoría de los migrantes que podrían ser deportados son venezolanos y centroamericanos. En Tijuana, la alcaldía ya declaró una situación de emergencia para afrontar la potencial crisis.
El gobierno mexicano, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ha señalado que solo recibirá a deportados mexicanos. Esta postura contrasta con las acciones tomadas durante el primer mandato de Trump, cuando México aceptó deportados de otras nacionalidades a cambio de ciertas concesiones comerciales. La posibilidad de un acuerdo similar entre Sheinbaum y Trump se perfila como un factor clave en las próximas semanas.
Las estrategias implementadas por ambos países en la frontera reflejan una compleja situación con implicaciones geopolíticas y humanitarias significativas.