El foco de atención se centró en Donald Trump, quien asumirá la presidencia el lunes. Se le ha pedido, en esencia, que decida el destino de TikTok en el país. Una ley bipartidista, aprobada el año pasado y recientemente ratificada por la Suprema Corte, ordena a la empresa matriz china, ByteDance, vender la plataforma a un comprador no chino o enfrentar una prohibición nacional. "Una situación compleja que requiere un análisis cuidadoso," señalaron fuentes cercanas al equipo de transición.
La Casa Blanca, bajo la administración Biden, ha declarado repetidamente que no aplicará la ley, dejando la responsabilidad en manos del nuevo gobierno. Sin embargo, Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca, calificó los planes de TikTok de "apagarse" el domingo como "una estrategia publicitaria." Esta acción, según TikTok, se debía a la falta de garantías por parte del gobierno actual sobre las posibles consecuencias legales para sus proveedores de servicios.
En una entrevista exclusiva con Kristen Welker de NBC News, el presidente electo Trump insinuó una solución. “Lo más probable es que otorgaremos una extensión de 90 días,” afirmó, añadiendo que la decisión final probablemente se anunciaría el lunes. Esta extensión, permitida explícitamente por la ley bajo ciertas condiciones—la existencia de un plan de venta, un progreso significativo en su ejecución y acuerdos legales vinculantes— podría evitar, al menos parcialmente, el cese inmediato de operaciones.
La posibilidad de una venta de última hora es remota, dada la suma multimillonaria que requeriría la adquisición de las operaciones estadounidenses de TikTok. La decisión de Trump representa un giro radical respecto a su postura anterior, cuando intentó prohibir la aplicación. Este cambio de opinión se atribuye, según algunos analistas, a una reunión con inversionistas estadounidenses de la plataforma. A pesar de todo, la controversia permanece: preocupaciones sobre la recopilación de datos y el potencial uso de la aplicación para fines de propaganda por parte del gobierno chino siguen presentes. Mientras tanto, Shou Chew, CEO de TikTok, asistirá a la ceremonia de toma de posesión de Trump, en una señal del alto interés de la compañía por resolver la situación.
El futuro inmediato de TikTok en Estados Unidos permanece incierto, a la espera del anuncio de Trump el lunes. La aplicación, con más de 170 millones de usuarios en el país, aguarda con la respiración contenida la decisión que definirá su destino.