Una de esas historias, ocurrida poco antes de Navidad, tuvo un giro inesperado, dejando un eco que resuena más allá de las vías del metro. El 22 de diciembre, en un tren de la línea F en Coney Island, la vida de Debrina Kawam, de 57 años, se apagó de forma brutal. Un acto de violencia aleatoria que dejó a la ciudad conmocionada. El presunto responsable, Sebastián Zapeta, fue detenido gracias a la valentía de tres adolescentes: Navid, Kingson y Christos (sus apellidos se mantienen en reserva).
Estos jóvenes, testigos silenciosos que se convirtieron en héroes inesperados, observaron a Zapeta en la estación de York St. Los reconocieron a través de las fotos de vigilancia difundidas por el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD). Su rápida acción, aunque inicialmente cuestionada por el procedimiento utilizado (llamaron al 911 en lugar de la línea directa de Crime Stoppers), desencadenó una serie de eventos que llevaron al arresto del sospechoso.
Inicialmente, la posibilidad de recibir la recompensa de $10,000 dólares parecía incierta. Las normas del programa de recompensas del NYPD estipulan que estas se otorgan a quienes reportan a través de la línea directa de Crime Stoppers. Sin embargo, el NYPD, respaldado por la Fundación de la Policía de la Ciudad de Nueva York, decidió hacer una excepción. “Dada la naturaleza horrible del crimen y el coraje que estos jóvenes demostraron… nos complace brindarles esta recompensa,” declaró un portavoz del NYPD, según PIX11 News.
La decisión no solo reconoció la valentía de los adolescentes, sino que también resaltó la importancia de la denuncia ciudadana. La concejal Susan Zhuang, incluso, homenajeó a Kingson, alabando su valentía. El caso se convirtió en un ejemplo de cómo la colaboración ciudadana puede ser clave en la resolución de crímenes violentos.
Curiosamente, el final de esta historia tiene un toque peculiar. Los tres adolescentes planean usar su parte de la recompensa para adquirir una Nintendo Switch. Los detalles de cómo dividirán los $10,000, según New York Post, aún se desconocen, aunque Christos y Navid parecen inclinarse por una distribución de $3,000 cada uno, dejando $4,000 para Kingson por realizar la llamada al 911.
Este evento, en medio del contexto de la creciente violencia en el transporte público de Nueva York, resalta la complejidad de los problemas urbanos y la importancia de la participación ciudadana en la construcción de una ciudad más segura. La mezcla de indigencia, inmigración ilegal y abuso de sustancias, como apunta CNN, contribuye a un panorama desafiante que exige soluciones integrales.