Ahora, enfoquémonos en Costco, una de las cadenas más reconocidas a nivel nacional. Más de 18,000 trabajadores, representados por la Hermandad Internacional de Camioneros (Teamsters), están a punto de tomar una decisión crucial que podría sacudir la imagen de la empresa. El contrato colectivo que los rige expira el 31 de enero, y las negociaciones no han sido precisamente cordiales.
Según los Teamsters, la clave del conflicto reside en la discrepancia entre las ganancias récord de Costco y las propuestas salariales y de beneficios presentadas por la empresa. Señalan un “aumento del 135% en las ganancias netas desde 2018”, un dato que contrasta con lo que consideran una falta de reciprocidad por parte de la gerencia de Costco en las negociaciones. Para ejercer presión, se llevó a cabo una votación, donde los trabajadores autorizaron, con un contundente 85% de aprobación, una posible huelga nacional.
“Nuestros miembros han hablado alto y claro: Costco debe ofrecer un contrato justo o tendrán que rendir cuentas,” declaró Sean M. O'Brien, presidente general de los Teamsters. Su declaración deja claro el tono de la situación y la presión que ejercen sobre la dirección de Costco.
Es importante destacar que la autorización de una huelga es una herramienta de negociación habitual en este tipo de situaciones. No implica automáticamente que la huelga se llevará a cabo. Sin embargo, la contundencia del voto y las declaraciones de los Teamsters reflejan la seriedad de la situación y la determinación de los trabajadores para lograr un acuerdo que refleje su contribución al éxito de la empresa. Por el momento, Costco no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto.
La atención ahora se centra en las siguientes dos semanas. El desenlace de esta negociación tendrá un impacto significativo, no solo en los trabajadores de Costco, sino también en la percepción pública de la empresa y en el panorama laboral del país.