El pasado sábado, a las 2:50 p.m., en la garita de Calexico, California, la rutina de la aduana americana (CBP) dio un giro inesperado. Una camioneta SUV, conducida por una mujer de 52 años y acompañada por un hombre de 46, solicitó el ingreso a territorio estadounidense. Tras una inspección inicial, algo llamó la atención de los oficiales.
El vehículo fue remitido a una inspección secundaria, donde se utilizó tecnología no intrusiva para un escaneo profundo. Las imágenes revelaron irregularidades en el tanque de gasolina. Ante esta situación, se solicitó la ayuda de una unidad canina especializada en la detección de narcóticos. El perro K-9 marcó positivamente el área del tanque, indicando la presencia de sustancias ilícitas.
La extracción del contenido del tanque reveló una sorprendente cantidad: 254.85 libras de un líquido que, tras las pruebas realizadas por los oficiales de la CBP, resultó ser metanfetamina líquida. Una cantidad significativa que, de haber ingresado al país, habría tenido consecuencias devastadoras.
Este caso destaca la importancia de la colaboración entre las diferentes agencias de seguridad en la lucha contra el narcotráfico. "La metanfetamina líquida es una amenaza creciente, y este decomiso demuestra la constante vigilancia necesaria para proteger nuestras comunidades", afirmó un portavoz de la CBP, sin dar más detalles sobre la investigación o la identidad de los involucrados.
El incidente refuerza la necesidad de mejorar las técnicas de detección y la capacitación del personal, para afrontar los métodos cada vez más sofisticados empleados por los grupos criminales transnacionales en su intento por eludir la ley.