Escándalo en Fuji TV: Masahiro Nakai y una crisis que sacude Japón
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Leonora LagardaEl epicentro del problema: Masahiro Nakai, ex miembro del icónico grupo SMAP y figura emblemática de la televisión nipona. A sus 52 años, Nakai se enfrenta a graves acusaciones de conducta inapropiada, un asunto que la prensa ha descrito como un "acto contra la voluntad" de una presunta víctima, por el que habría pagado la suma de 90 millones de yenes (aproximadamente 575.000 dólares).
Desde que estas acusaciones salieron a la luz en diciembre, la situación ha escalado rápidamente. Sus programas fueron suspendidos, y ahora, la consecuencia más palpable: la retirada masiva de publicidad de Fuji TV, la cadena donde Nakai trabajaba.
Entre las empresas que han tomado esta drástica medida se encuentran nombres tan importantes como McDonald's y Toyota, unidas a Seven & i Holdings y, según el Nikkei, más de 20 empresas más, desde aseguradoras hasta compañías ferroviarias. Esta reacción en cadena evidencia la gravedad de la situación y la presión social que exige transparencia y rendición de cuentas.
Añade aún más complejidad a la situación una supuesta cena organizada por un directivo de Fuji TV, donde Nakai conoció a la mujer en 2023. Aunque la empresa matriz niega la versión, la investigación interna prometida por Fuji TV se hace cada vez más necesaria, especialmente tras la indignación pública expresada por un importante accionista estadounidense.
Este escándalo se produce en un contexto de repercusión del pasado: la admisión en septiembre por parte de Johnny & Associates, la agencia que gestionaba a SMAP y otras grandes "boy bands", de abusos cometidos durante años por su fundador ya fallecido. Los ecos de este oscuro pasado resuenan con fuerza en este nuevo capítulo, y la investigación en Fuji TV promete desentrañar más de los hilos que conectan ambos eventos.
El impacto a largo plazo en la imagen de Fuji TV y en la industria del entretenimiento japonesa aún está por verse, pero una cosa es clara: el país del sol naciente está enfrentando un ajuste de cuentas con su pasado y su presente, que trasciende la pantalla chica.
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