En enero de 2022, Ashley y Owen, dos estudiantes de primer año de la Beal City High, comenzaron a recibir una avalancha de mensajes de texto anónimos. Hasta 30 al día, inundando sus teléfonos con burlas, amenazas y manipulaciones de imágenes. "Era un acoso implacable," recuerda un vecino. La mayoría de los ataques se dirigían a Ashley, una joven tímida, describiendo sus imperfecciones físicas y criticando su rendimiento deportivo.
Las sospechas iniciales apuntaron hacia Khloe Wilson, una compañera de clase. La precisión de los detalles en los mensajes – desde los puntajes de Ashley en los partidos de baloncesto hasta la ubicación de Owen en la escuela – sugería un conocimiento íntimo de sus vidas. Sin embargo, la falta de pruebas sólidas dejó a la comunidad en vilo. Dan Boyer, el director de la escuela, y el alguacil local se enfrentaron a un misterio que desafiaba la tranquilidad del pueblo.
Con el tiempo, la mirada se dirigió a un lugar inesperado: Kendra Licari, la madre de Ashley. Su extrema participación en la vida de su hija, incluso interviniendo en sus amistades, generó inquietud entre algunos padres y profesores. "Su involucramiento parecía obsesivo," comenta una fuente anónima. La investigación, finalmente, involucró al Grupo de Trabajo de Delitos Informáticos del FBI.
El rastreo de las direcciones IP y los números de teléfono desveló una verdad impactante: los mensajes provenían de dispositivos vinculados a Kendra Licari. La confesión parcial de Kendra, atribuyendo sus actos al estrés y problemas financieros, no logró explicar la crueldad de sus acciones. La revelación conmocionó a Beal City, poniendo en evidencia la complejidad de las relaciones familiares y las motivaciones ocultas.
El caso, que presenta similitudes con el síndrome de Munchausen por internet, según expertos, dejó una estela de consecuencias devastadoras. Kendra fue sentenciada a 19 meses de prisión y perdió la custodia de Ashley. Ashley, ahora, se prepara para graduarse, pero el regreso a Beal City es amargo, cargado de miradas inquisitivas y preguntas incómodas. Lifetime produjo la película "Mommy Meanest" y Netflix prepara un documental sobre el caso.
Mientras Ashley, Owen y Khloe se acercan a su graduación, Beal City intenta reconstruir su sentido de comunidad, luchando contra las secuelas de un evento que expuso la fragilidad de su aparente armonía. La historia de Kendra Licari, ahora en libertad, queda como un sombrío recordatorio de las profundas grietas que pueden existir incluso en las familias más cercanas.