El foco de atención se centra en Denali, la imponente montaña más alta de Norteamérica, cuyo nombre, después de un largo proceso, se había establecido oficialmente en 2015 bajo la presidencia de Barack Obama. Sin embargo, la ceremonia de investidura del presidente Donald Trump marcó un giro inesperado en esta narrativa.
En su discurso inaugural, Trump anunció su intención de restaurar el nombre de Mount McKinley, nombre que la montaña ostentó hasta el 2015. “Restableceremos el nombre de un gran presidente, William McKinley, a Mount McKinley donde debería estar y donde pertenece,” declaró el mandatario.
Esta decisión no es nueva. Trump ha expresado en varias ocasiones su admiración por el 25° presidente de Estados Unidos, William McKinley, especialmente por las políticas proteccionistas que implementó. El paralelo entre las políticas económicas de McKinley y la visión de Trump resulta innegable, ya que ambos abogaron por fuertes aranceles a las importaciones.
Sin embargo, la decisión de renombrar Denali suscita una controversia profunda. El nombre “Denali” es de origen Koyukon Athabascan, significando "El Grande", y tiene una larga tradición dentro de la cultura de los pueblos originarios de Alaska. El cambio de nombre en 2015 fue considerado por muchos como un gesto de reconciliación entre el gobierno federal y las tribus nativas americanas.
La oposición al cambio propuesto por Trump se manifiesta de forma contundente. Los senadores de Alaska, Lisa Murkowski y Dan Sullivan, ambos republicanos, se han manifestado abiertamente en contra de la medida. “Solo hay un nombre digno de la montaña más alta de Norteamérica: Denali - El Grande,” declaró Murkowski a través de la plataforma X.
Más allá de Denali, el presidente Trump también mencionó la posibilidad de renombrar el Golfo de México como Golfo de América, una medida que, según el mismo mandatario, responde a inquietudes sobre la inmigración proveniente de México. Esta declaración añade otra capa de complejidad a las controversias generadas por las decisiones del nuevo gobierno.
La historia de Denali/Mount McKinley refleja una tensión entre la historia oficial y la memoria cultural de los pueblos originarios. El futuro del nombre de esta emblemática montaña queda, por ahora, en un estado de incertidumbre.