El 10 de enero, la tranquilidad de la mañana se vio interrumpida en la oficina de Allstate, propiedad de Fritz Mendoza, un veterano de 79 años y respetado hombre de negocios, casado por más de 50 años. Ese día, mientras abría el negocio junto a su hijo, un suceso inesperado cambió sus vidas para siempre.
De repente, un intruso, identificado por la policía como Ronalee Barrett Stanberry de 37 años, apareció en la escena. Según el relato de Mikayla Mendoza, nieta de la víctima, “Entró por el techo y se cayó. Creo que estuvo allí durante la noche. La puerta principal estaba cerrada con llave.” La investigación indica que Stanberry habría escalado un árbol cercano para acceder al techo del local.
La situación escaló rápidamente. El sospechoso, inicialmente solicitando ayuda, agredió brutalmente a Fritz Mendoza con un bate de béisbol decorativo, un regalo familiar con las iniciales de los nietos de la víctima. “Un bate de béisbol que era un recuerdo familiar, ahora es símbolo de una tragedia inexplicable”, comenta con dolor Mikayla.
Un video de vigilancia registró la violenta confrontación y la posterior huida de Stanberry. Fritz, gravemente herido, fue trasladado al hospital, falleciendo 11 días después. Las autoridades describen a Stanberry como un individuo que suele desplazarse en tren y con vínculos en Chino, Los Ángeles y el condado de Kern. Su último arresto fue en Bakersfield.
Se le describe como una persona con varios tatuajes en los brazos y en las cejas, con las palabras "Active" y "Whiteboy". Vestía, al momento del incidente, una camisa a rayas azul y blanca del Servicio Postal de Estados Unidos —robada del local— pantalones negros y zapatillas deportivas negras. La familia menciona haberlo visto posiblemente en Rubidoux/Riverside, información que la policía aún no ha confirmado.
La Policía de Fontana ha iniciado una búsqueda exhaustiva para detener a Stanberry, instando a la ciudadanía a colaborar con cualquier información que pueda ayudar a su localización. Mientras tanto, la familia Mendoza llora la pérdida de un esposo, padre, abuelo y empresario ejemplar, recordando con cariño sus aventuras y su legado de servicio a la comunidad.
La oficina de Fritz, ahora vacía, es un silencioso testimonio del vacío dejado por este acto de violencia. Los recuerdos, sin embargo, siguen vivos, perdurando en la memoria de quienes lo conocieron y amaron.