Ataque con 104 drones rusos a Ucrania: nuevas bajas militares

Esta vez, la sensación de indefensión se extendió por varias regiones del país, dejando tras de sí una estela de daños y la confirmación de una nueva escalada en el conflicto.
La Fuerza Aérea de Ucrania reportó, a través de un comunicado en Telegram, el lanzamiento de 104 drones kamikaze rusos entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. Las provincias de Kiev, Dnipropetrovsk, Ivano-Frankivsk, Kharkiv, Jmelnitski, Míkolaiv, Poltava, Sumi, Vinitsia y Yítomir fueron blanco de este ataque masivo.
Afortunadamente, y gracias a la respuesta de los sistemas de defensa aérea ucranianos, se logró derribar 57 drones. Sin embargo, "instalaciones de infraestructura crítica", según palabras de la gobernadora de Ivano-Frankivsk, Svetlana Onishchuk, resultaron afectadas. También se reportaron daños en edificios residenciales y casas en Dnipropetrovsk, Sumi, Ivano-Frankivsk y Kiev. A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades ucranianas reportaron la ausencia de víctimas.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso, a través del mismo medio, declaró haber interceptado más de 30 drones ucranianos, detallando cifras específicas por región: 15 en Voronezh, 11 en Bélgorod, cuatro en Kursk y uno en Oriol y Tver. No se ofrecieron detalles sobre posibles daños o víctimas del lado ruso.
En un giro estratégico, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, anunció el nombramiento del general Mijailo Drapati como nuevo jefe del grupo operativo-estratégico Jortitsia, responsable de las zonas del frente en Donetsk, donde Rusia ha avanzado constantemente. Drapati, de 42 años, combinará este nuevo cargo con su función como jefe de las Fuerzas Terrestres ucranianas. Zelensky también anunció el nombramiento del general Andrí Gnátov como jefe adjunto del Estado Mayor, con el objetivo de mejorar la cooperación entre el frente y la retaguardia.
La situación en el este de Ucrania sigue siendo crítica, con ataques constantes que mantienen la tensión en niveles alarmantes. El nombramiento de nuevos líderes militares sugiere una reevaluación de la estrategia ucraniana ante la persistente ofensiva rusa.