La situación en la frontera con México se ha intensificado, con el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunciando un despliegue masivo de tropas estatales, incluyendo helicópteros Chinook y aviones C-130, para reforzar la seguridad. Esta acción, coordinada con la Patrulla Fronteriza, se realiza en conjunto con el gobierno de Trump, quien ve en esta medida una solución a la "crisis fronteriza" heredada de la administración Biden. Pero la respuesta va más allá de los patrullajes.
Las órdenes de deportación ejecutadas por la administración Trump están generando un efecto dominó. No solo en las comunidades migrantes, también en el sector empresarial. Rebeca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition de Illinois, ha alertado sobre una desaceleración del 50% en las operaciones de sus miembros. ¿La razón? El miedo a las deportaciones está paralizando a miles de trabajadores.
"Los inmigrantes, paralizados por el miedo, no se presentan a trabajar", explicaron los empresarios en una teleconferencia. Miles de detenidos y órdenes de captura en la primera semana reflejan la magnitud del operativo. El ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) informó de procedimientos en varias ciudades importantes, incluyendo Atlanta, Austin, Chicago, Denver, Los Ángeles y Puerto Rico, aunque sin dar detalles sobre el número de detenidos.
El impacto se extiende a diversos sectores. Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, señaló la dependencia de la mano de obra inmigrante en la agricultura. "Los criminales violentos deben ser deportados, pero necesitamos caminos para legalizar a los inmigrantes que cumplen la ley y pagan impuestos", afirmó, reclamando una reforma migratoria. La situación plantea una disyuntiva: "¿Importar trabajadores y producir alimentos en Estados Unidos, o importar alimentos? Es un tema de seguridad nacional", añadió.
Las cifras son contundentes. Shi destaca que los trabajadores inmigrantes representan entre el 25% y el 50% de las industrias esenciales, aportando más de 80 mil millones de dólares en impuestos anualmente. Su ausencia agravaría la escasez de 1.7 millones de puestos de trabajo en sectores como salud, construcción y manufactura, reduciendo el PIB en un 4.2%. Incluso la industria de tomates frescos, con una larga tradición familiar como la de Tony DiMare en California y Florida, depende crucialmente de esta mano de obra.
La cosecha manual, explica DiMare, es una tarea que los trabajadores estadounidenses rehúsan, y obtener extranjeros con papeles en regla se ha vuelto cada vez más difícil. El temor a las deportaciones no solo está afectando a los migrantes, sino que está generando una crisis silenciosa con consecuencias económicas de gran alcance en el tejido productivo de Estados Unidos.