Se trata de la implementación de la Ley de Equidad del Seguro Social, firmada en diciembre pasado por el expresidente Joe Biden. Esta ley, que beneficia a más de 3 millones de personas, incluyendo a jubilados, maestros, bomberos y policías con pensiones públicas, ha generado un cuello de botella inesperado.
El problema no es la ley en sí, sino la falta de recursos para su ejecución. La SSA afirma que la ley "no proporcionó financiamiento adicional ni personal para ayudar en su implementación o para hacer frente al aumento de la carga de trabajo". Esta situación se agrava por la escasez de personal y una congelación de contrataciones desde noviembre de 2024.
¿Qué significa esto en la práctica? Retrasos. Retrasos significativos. La SSA estima que podrían pasar más de doce meses para ajustar los beneficios y pagar todos los pagos retroactivos. Incluso quienes no se ven afectados por la nueva ley experimentarán demoras e incrementos en los tiempos de espera.
La cantidad del aumento varía considerablemente. Mientras que la Casa Blanca estimaba un aumento promedio mensual de $360 dólares para más de 2.5 millones de beneficiarios, la realidad es que algunos verán un incremento mínimo, mientras que otros podrían recibir más de $1,000 dólares adicionales al mes. El proceso es complejo, requiriendo un análisis manual caso por caso.
El aumento se aplica retroactivamente a diciembre de 2023. Es crucial que quienes hayan recibido penalizaciones en sus beneficios del Seguro Social aseguren que su información, como nombre y dirección, esté actualizada en ssa.gov. La SSA contactará si es necesario, pero no se requiere volver a solicitar los beneficios.
La situación ha generado un gran volumen de llamadas a la línea gratuita de la SSA, con más de 7,000 personas esperando diariamente para hablar con un agente. Una situación que, según la agencia, empeorará en las próximas semanas y meses.
El impacto de esta situación en la vida de millones es innegable, generando incertidumbre entre aquellos que esperan este aumento tan necesario.