La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, confirmó este martes que el presidente Donald Trump mantiene su postura respecto a la implementación de aranceles. Se espera que el sábado 1 de febrero se anuncien medidas económicas que afectarán considerablemente a Canadá y México.
"El presidente Trump sigue comprometido con su promesa de proteger a los trabajadores estadounidenses", declaró Leavitt a la prensa. Estas medidas, según la vocera, son una respuesta directa a lo que la administración Trump considera una falta de cooperación de ambos países en la lucha contra el tráfico de fentanilo y el flujo migratorio.
Pero las repercusiones no se limitan al continente americano. La posibilidad de nuevos aranceles a China, también para el sábado 1 de febrero, añade una capa de incertidumbre al panorama global. Esto podría desatar una nueva escalada en la ya compleja guerra comercial entre ambas potencias. Se espera un impacto significativo en los mercados de materias primas y en el sector tecnológico.
Las especulaciones sobre la magnitud de estos aranceles —un 25% según declaraciones previas del presidente— han generado una ola de preocupación entre los empresarios de los tres países involucrados. Las cámaras de comercio de México y Canadá ya han expresado su inquietud y han solicitado una reconsideración de las medidas.
La incertidumbre se mantiene. Los próximos días serán cruciales para conocer con exactitud el alcance y los detalles de las medidas que tomará la administración Trump. La situación requiere un seguimiento atento por parte de inversores y gobiernos. Los mercados internacionales aguardan con cautela.