El foco se centró en una entrevista de la Associated Press con Kenneth “Babyface” Edmonds, un ícono musical con 13 premios Grammy en su haber. Mientras el legendario artista respondía a las preguntas de las reporteras Leslie Ambriz y Krysta Fauria, ocurrió algo inesperado.
Fauria, interrumpiendo abruptamente a Edmonds, exclamó: “¡Chappell! ¡Chappell!”, referiéndose a la artista Chappell Roan, quien aparecía en el fondo. La reacción de Edmonds, aunque amable al ceder su micrófono, evidenció una clara incomodidad. “¿Quieren, chicos? Vayan y hagan eso,” dijo, cediendo ante la interrupción.
Este breve pero significativo instante generó una ola de reacciones en redes sociales. Muchos usuarios criticaron la falta de respeto hacia Edmonds, un artista de renombre cuya trayectoria merece un trato más considerado. Shawn Stockman de Boys II Men, quien ha colaborado con Edmonds, expresó su molestia en un video de Instagram: “Estoy realmente, realmente molesto por el trato que recibió Edmonds. Esto apunta a un problema mayor dentro de la industria de la música”. Incluso Dionne Warwick, reconocida cantante y miembro del Salón de la Fama de los Grammy, compartió el video en X, cuestionando lo ocurrido y publicando la definición de "decoro".
Ante la creciente controversia, Krysta Fauria ofreció una disculpa pública desde la alfombra roja: “Lamento mucho haber interrumpido a Babyface. Hubo mucho alboroto, pero soy una gran fan de Babyface, así que me disculpo”. La Associated Press también emitió un comunicado oficial lamentando el incidente. Curiosamente, Edmonds, hasta el momento, no ha realizado declaraciones adicionales al respecto, centrándose tal vez en su reciente premio Grammy por la co-autoría de “Snooze” de SZA. Roan, por su parte, culminó la noche con el Grammy al Mejor Artista Nuevo, después de seis nominaciones.
El incidente deja en evidencia la complejidad de la interacción entre medios y celebridades, y las implicaciones de un enfoque periodístico que, en ocasiones, puede resultar inapropiado. La disculpa pública, aunque necesaria, deja un sabor agridulce en un evento que celebra la excelencia musical.