El miércoles, alrededor de la 1 am, el Departamento de Bomberos de Fort Worth respondió a una llamada de emergencia en la cuadra 4600 de Crestline. Al llegar, se encontraron con una mansión de 5,000 pies cuadrados envuelta en llamas. El fuego, que aparentemente comenzó en el segundo piso, se propagó rápidamente hasta el ático, causando un derrumbe parcial de la estructura antes de que los bomberos pudieran controlarlo completamente.
Afortunadamente, “no había nadie en casa en ese momento y nadie resultó herido,” afirmó un portavoz del departamento. Este detalle, sin duda, mitiga la gravedad del incidente, aunque las pérdidas materiales son considerables. Las investigaciones para determinar la causa del siniestro se encuentran en curso.
Según estimaciones de sitios web inmobiliarios, el valor de la propiedad se calcula en aproximadamente 1.5 millones de dólares. La magnitud del daño aún está en proceso de evaluación, pero es evidente que se trata de un suceso que dejará una marca significativa, tanto en términos económicos como emocionales para los propietarios.
Más allá del aspecto financiero, este incidente pone en relieve la importancia de la prevención de incendios. Revisar las instalaciones eléctricas, contar con detectores de humo funcionales y tener un plan de evacuación son medidas cruciales para evitar tragedias. La investigación continuará para determinar con precisión el origen del fuego y las pérdidas totales.