Apple se una a Google y cambia el nombre del Golfo de México a Golfo de América
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En medio de este panorama, una decisión de Apple ha generado revuelo: la modificación de la nomenclatura de un cuerpo de agua clave para Estados Unidos y México. Se trata, como ya algunos habrán deducido, del Golfo de México. A partir de las últimas horas, los dispositivos Apple en territorio estadounidense muestran el nombre como "Golfo de América".
Este cambio no es aislado. Google Maps, como se recordará, implementó la misma alteración el lunes pasado, siguiendo la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump el 21 de enero. Curiosamente, la aplicación de este cambio sólo se observa en los dispositivos ubicados dentro de Estados Unidos. En el resto del mundo, ambas denominaciones coexisten, generalmente presentándose como “Golfo de México (Golfo de América)”. Incluso Microsoft se ha unido a esta tendencia en su cartografía dentro del territorio estadounidense.
Sin embargo, esta decisión no ha estado exenta de controversia. La agencia Associated Press (AP) se ha visto afectada directamente. Tras negarse a acatar la orden ejecutiva y continuar utilizando la denominación "Golfo de México", la Casa Blanca le prohibió el acceso al Despacho Oval. En palabras de la propia agencia: "Como agencia de noticias global que distribuye información en todo el mundo, AP debe garantizar que los nombres de lugares y la geografía sean fácilmente reconocibles para todas las audiencias".
La respuesta de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue contundente durante su conferencia de prensa diaria: “Es un hecho que el cuerpo de agua de la costa de Luisiana se llama Golfo de América y no entiendo por qué algunos medios de comunicación no quieren llamarla así pero las cosas son como son”.
La situación deja entrever las complejidades de la información en la era digital, donde la tecnología y la política se combinan para moldear la percepción de la realidad. El impacto de este cambio en la cartografía digital y la reacción de la AP plantean interrogantes sobre la uniformidad de la información geográfica y el papel de las grandes tecnológicas en la difusión de la misma.