Megaoperativo desmantela red de tráfico humano en EEUU

En el centro de la investigación se encuentran Eduardo Domingo Renoj-Matul, alias "Turko", de 51 años, y su principal lugarteniente, Cristóbal Mejía-Chaj, de 49 años. Ambos fueron arrestados el viernes pasado en el barrio de Westlake, Los Ángeles, y se encuentran detenidos sin derecho a fianza, a la espera de su juicio el 22 de abril. Estos hombres, según la acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, lideraban una red de tráfico de personas que, entre 2019 y 2024, trajo a aproximadamente 20,000 inmigrantes ilegales a Estados Unidos.
La magnitud de la operación criminal queda expuesta en las impactantes consecuencias de sus acciones. Un ejemplo escalofriante es un accidente automovilístico ocurrido en 2023 en Oklahoma, donde siete personas, incluyendo un niño de 4 años, perdieron la vida. El conductor, José Paxtor-Oxlaj, de 44 años y subordinado de Renoj-Matul, transportaba inmigrantes cuando causó el accidente. Paxtor-Oxlaj, deportado previamente en 2010, también enfrenta cargos.
Otro miembro clave de la organización, Helmer Obispo-Hernández, alias "Xavi", de 41 años, permanece prófugo. Las autoridades indican que su implicación va más allá del contrabando, incluyendo amenazas de muerte contra las víctimas y las propias fuerzas del orden. “Una denuncia penal federal separada acusa a Obispo-Hernández de amenazar con cortar las cabezas de un oficial del Grupo de Trabajo de Investigaciones de Seguridad Nacional y de miembros de su familia”, según el comunicado del Departamento de Justicia. Estas amenazas, hechas tras la ejecución de órdenes de allanamiento en su residencia, revelan la brutalidad de la organización.
La acusación detalla otros actos criminales cometidos por la red. Renoj-Matul y Mejía-Chaj son acusados de retener a dos ciudadanos guatemaltecos como rehenes durante meses, amenazando con matarlos hasta que se pagara por su liberación. Los cuatro implicados - Renoj-Matul, Mejía-Chaj, Paxtor-Oxlaj y Obispo-Hernández - enfrentan cargos graves, incluyendo conspiración para traer extranjeros a EE.UU., transporte de extranjeros con resultado de muerte y toma de rehenes. De ser declarados culpables, podrían enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua.
Las autoridades resaltan la importancia de este operativo, afirmando haber desmantelado una de las organizaciones de contrabando más grandes y peligrosas del país. El impacto de esta acción va más allá de los arrestos, representando un duro golpe a la estructura criminal que operaba impunemente.