Canadá desafía a Trump: Carney busca alianzas internacionales

El centro de la escena lo ocupa Mark Carney, el recién investido primer ministro canadiense. Su ascenso al poder ha coincidido con una escalada en las hostilidades comerciales impuestas por el presidente estadounidense, Donald Trump. Carney, un exbanquero central con una reputación internacional impecable, ha respondido a las agresiones con una estrategia diplomática audaz.
Este lunes, Carney inicia una gira internacional por Europa, con paradas en París y Londres. Su objetivo principal es claro: “buscar alianzas estratégicas para contrarrestar la agresiva política de Trump.” En París, se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, mientras que en Londres se entrevistará con el primer ministro británico, Keir Starmer. La visita a Londres tiene un significado especial para Carney, dado su pasado como gobernador del Banco de Inglaterra.
“Canadá nunca será parte de Estados Unidos,” afirmó Carney durante su toma de posesión, un mensaje contundente dirigido al presidente Trump. Esta declaración, lejos de ser una simple frase política, refleja la determinación de Canadá de preservar su soberanía. La opinión de expertos como Nelson Wiseman, profesor emérito de la Universidad de Toronto, refuerza esta perspectiva: “El factor Trump se cierne sobre todo lo demás con lo que Carney debe lidiar.”
Más allá de las reuniones diplomáticas, la gira de Carney incluye una visita a la frontera del Ártico canadiense, para “reafirmar la seguridad y soberanía del Ártico canadiense”, un territorio estratégico clave en medio de la creciente tensión geopolítica en la región. Las consecuencias de esta guerra económica también se notan en la posible cancelación de la compra de aviones de combate F-35, fabricados en Estados Unidos.
La situación ha generado un cambio significativo en el panorama político canadiense. El Partido Liberal, hasta hace poco encaminado a una derrota electoral, ahora ve una oportunidad de mantenerse en el poder, gracias a la reacción nacionalista provocada por las acciones de Trump. Expertos como Robert Bothwell, de la Universidad de Toronto, señalan la estrategia de Carney de no visitar Washington, argumentando que “no tiene sentido ir a Washington…no puedes tener una conversación racional con alguien que simplemente repite mentiras desmentidas.”
La diversificación del comercio, especialmente considerando que más del 75% de las exportaciones canadienses se dirigen a Estados Unidos, es una necesidad vital, según Daniel Béland, profesor de la Universidad McGill. La soberanía del Ártico, amenazada por la agresividad de Trump y la cercanía entre Rusia y Estados Unidos, se perfila como otro desafío crucial.
El futuro de la relación entre Canadá y Estados Unidos permanece incierto, mientras Carney trabaja incansablemente para proteger los intereses de su país y tejer una red de alianzas internacionales en un momento de gran fragilidad.