Derrame de plástico en el Mar del Norte: desastre ecológico tras colisión de barcos

El foco de atención se centra en la reserva natural de Titchwell, Norfolk, un ecosistema vibrante que alberga especies de aves raras y amenazadas. Allí, se han encontrado acumulaciones significativas de nurdles, pequeñas esferas de plástico de entre 1 y 5 milímetros, utilizadas en la fabricación de plásticos. El administrador de la reserva, Steve Rowland, describe la situación como “una verdadera carrera contra el tiempo”, ya que las mareas podrían dispersar los nurdles, incorporándolos a la cadena alimentaria marina.
Pero, ¿cómo llegaron estos nurdles a Titchwell? La respuesta nos lleva a un incidente marítimo ocurrido el 10 de marzo, a unos 20 kilómetros del puerto inglés de Hull. Una colisión entre el carguero Solong, con bandera portuguesa, y el petrolero Stena Immaculate, con bandera estadounidense, provocó un incendio de grandes proporciones. El impacto, cuyas causas aún se investigan, tuvo consecuencias devastadoras.
El Stena Immaculate, fletado por el ejército de EE. UU., transportaba 220.000 barriles de combustible de aviación. Se reportaron 17.515 barriles de Jet-A1 perdidos debido al accidente y al posterior incendio. Afortunadamente, según la operadora Crowley, “el resto de la carga y los tanques de combustible están seguros”. Sin embargo, los daños al carguero Solong fueron más severos. El accidente tuvo un costo humano: Mark Angelo Pernia, un tripulante filipino de 38 años, se encuentra desaparecido y se presume muerto. Por su parte, el capitán del Solong, de nacionalidad rusa, fue acusado de homicidio por negligencia grave.
La operación de limpieza, liderada por la Guardia Costera del Reino Unido, bajo la supervisión del jefe Paddy O’Callaghan, es compleja y urgente. Se estima que los costos asegurados del incidente podrían oscilar entre 100 y 300 millones de dólares, según la agencia Morningstar DBRS. La magnitud del desastre, tanto en términos ambientales como económicos, aún se está evaluando, pero una cosa es clara: las consecuencias de esta colisión tendrán un impacto duradero en el Mar del Norte y sus ecosistemas.
Mientras tanto, la carrera contra el tiempo continúa en Titchwell, donde la fragilidad del equilibrio ecológico se enfrenta a la fuerza implacable de la contaminación plástica.