Netanyahu asegura que el ataque es "solo el comienzo" y continuará hasta destruir Hamás

Más de 400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños según el Ministerio de Salud de Gaza, perdieron la vida en una serie de ataques aéreos israelíes ordenados por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu. El impacto se sintió en toda la Franja, alcanzando hogares, refugios e incluso un campamento de tiendas, mientras familias dormían o preparaban el sohour, la comida que precede al ayuno diario.
Netanyahu, en un comunicado transmitido por televisión nacional, declaró que el ataque era “solo el comienzo” y que Israel continuaría la ofensiva hasta lograr sus objetivos: la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes. Esta declaración, emitida después del rechazo de Hamás a la exigencia israelí de liberar a la mitad de los rehenes restantes como condición para extender el alto el fuego, ha generado una profunda preocupación internacional.
La Casa Blanca, aunque expresando su apoyo a las acciones de Israel, ha señalado que fue consultada previamente. Sin embargo, la decisión de Netanyahu ha sido duramente criticada por diversas organizaciones internacionales y por parte de la población civil, incluso dentro de Israel mismo.
El Ejército israelí ordenó la evacuación del este de Gaza hacia el centro, sugiriendo la posibilidad de una inminente operación terrestre. Esta acción se produce en medio de una grave escasez de suministros; dos semanas después de que Israel cortara el flujo de alimentos, medicinas, combustible y otros bienes esenciales para los 2 millones de palestinos en Gaza.
Testimonios desgarradores como el de Omar Greygaa, quien describió escenas apocalípticas al encontrar “muertos en cada habitación”, reflejan la magnitud de la tragedia. En Rafah, un ataque acabó con la vida de 17 miembros de una misma familia, incluyendo cinco niños, mientras que en Gaza ciudad, 27 miembros de otra familia fueron víctimas. Los hospitales de Gaza se vieron desbordados por el número de heridos, con escenas de niños con heridas de guerra graves y médicos trabajando incansablemente bajo un panorama desolador.
Mientras tanto, Izzat al-Risheq, un alto funcionario de Hamás, acusó a Netanyahu de usar los ataques como una maniobra política para fortalecer su tambaleante coalición de gobierno. También se ha reportado el lanzamiento de cohetes por parte de los rebeldes hutíes de Yemen hacia Israel, aunque estos fueron interceptados.
Las protestas en Tel Aviv, donde miles de personas exigen la reanudación de las negociaciones y el cese de la violencia, muestran una clara fractura en la opinión pública israelí. El costo humano de este nuevo capítulo del conflicto, con más de 48,500 palestinos muertos según las autoridades locales, deja una profunda marca en la región y plantea interrogantes sobre el futuro de Gaza.