48 migrantes desaparecen tras redadas del ICE en Nuevo México

El foco de la inquietud se centra en una serie de operativos realizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a principios de marzo. Estos operativos, que duraron aproximadamente una semana, concluyeron el 8 de marzo con la detención de un número significativo de inmigrantes.
Según reportes de NBC News, 48 extranjeros arrestados durante estas redadas han desaparecido. La falta de información sobre su paradero ha desatado la alarma, generando una ola de protestas y demandas de explicaciones.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha sido una de las voces más críticas, denunciando la falta de transparencia por parte del ICE y la posible violación de los derechos humanos de los detenidos. “Cuando el gobierno de Estados Unidos detiene a personas y luego se desconoce su paradero... las exime de la protección de la ley,” señala un comunicado oficial de la ACLU.
El ICE, por su parte, ha reconocido la realización de los arrestos. Se informó que 21 de los detenidos tenían órdenes finales de deportación, mientras que otros enfrentaban cargos por crímenes graves. Sin embargo, la agencia se ha negado a proporcionar detalles sobre las identidades de los desaparecidos, su situación actual o si se han llevado a cabo procesos de deportación.
Esta falta de información ha alimentado las sospechas y ha impulsado a la ACLU a presentar una queja formal ante la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional. Rebecca Sheff, abogada principal de la ACLU en Nuevo México, ha resaltado la imposibilidad de contactar con las familias de los detenidos y la gravedad de la situación: “Las desapariciones forzadas están prohibidas tanto por nuestra constitución como por las normas internacionales de derechos humanos.”
La situación ha llevado a la ACLU a exigir a las autoridades de Nuevo México la aprobación de la Ley de Seguridad de los Inmigrantes, una iniciativa que busca limitar la colaboración entre las agencias estatales y el ICE para dificultar futuras operaciones de este tipo en la región.
Mientras tanto, la incertidumbre persiste, dejando a las familias y a la comunidad con una profunda preocupación por el destino de los 48 inmigrantes desaparecidos.