Trump revoca el estatus de 530,000 inmigrantes: crisis migratoria en Estados Unidos

La administración Trump, en un giro inesperado, ha anunciado la revocación del estatus legal temporal de 530,000 inmigrantes provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Esta decisión, que entrará en vigor el 24 de abril, se basa en un aviso publicado en el Registro Federal y representa un cambio radical con respecto a las políticas migratorias implementadas durante la administración Biden. "Se trata de una medida que afectará directamente la vida de cientos de miles de personas", señala un analista político.
El “parole” de dos años, concedido a estos migrantes bajo la administración anterior, les permitía ingresar a Estados Unidos por vía aérea con patrocinadores estadounidenses. Ahora, esta vía legal se cierra, dejando a muchos en una situación vulnerable. La decisión se sustenta en la apelación de Trump a poderes de emergencia, con el argumento de que los programas de entrada legal sobrepasaron los límites de la ley federal.
Esta situación ha generado preocupación, particularmente entre los venezolanos. La semana pasada, Venezuela y Estados Unidos reanudaron los vuelos de deportación, después de una suspensión impuesta por Washington. El Departamento de Estado, a través de un comunicado en X, exigió a Nicolás Maduro “programar vuelos de repatriación consistentes y semanales”. Este hecho coincide con la repatriación de más de 600 venezolanos en febrero, parte de un éxodo masivo que ha afectado a casi 8 millones de venezolanos desde 2014, según datos de Naciones Unidas. La crisis económica en Venezuela, que ha reducido su economía en un 80%, ha impulsado esta migración masiva.
La medida de Donald Trump también ha generado incertidumbre sobre el estatus de aproximadamente 240,000 ucranianos que buscaron refugio en Estados Unidos durante el conflicto con Rusia. Si bien Trump ha afirmado que decidirá "muy pronto" sobre su situación, la posibilidad de que se les revoque el estatus legal genera ansiedad entre estas comunidades.
Las consecuencias de esta decisión son inmensas y abarcan desde la posibilidad de deportaciones masivas hasta un aumento significativo de la tensión en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y los países afectados. La incertidumbre sobre cuántos de los migrantes con “parole” tienen otras formas de protección legal añade una capa más de complejidad a una situación ya de por sí crítica.