Más de 1,600 muertos y 3,400 heridos tras desastre en Myanmar

El epicentro, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), se ubicó a 16 kilómetros al norte de Sagain, Myanmar, una zona cercana a la importante ciudad de Mandalay. El sismo, registrado con una magnitud de 7.7, fue percibido con fuerza en países vecinos como Tailandia, India y el suroeste de China. La información inicial sobre daños materiales y víctimas humanas, particularmente en Myanmar, llegó con cuentagotas debido al contexto político del país.
En Myanmar, gobernado por una junta militar desde 2021, las autoridades reportaron más de 1.644 fallecidos y más de 3.400 heridos. Un miembro de un equipo de rescate en Mandalay declaró a la BBC: "Los daños son enormes. El número de muertos también es bastante elevado. Las labores de rescate continúan." La cifra de víctimas podría aumentar considerablemente en los próximos días.
Mientras tanto, en Tailandia, el impacto fue igualmente devastador, aunque de manera diferente. El terremoto provocó el derrumbe de un rascacielos en construcción en Bangkok, dejando al menos 17 muertos y 83 obreros desaparecidos. "Había hasta 400 personas trabajando en el lugar cuando se derrumbó el edificio," declaró el ministro de Salud Pública, Somsak Thepsuthin. Testigos describen escenas de pánico generalizado en la capital tailandesa, con rascacielos balanceándose violentamente y piscinas desbordándose en los edificios más altos.
El relato de Adisorn Kamphasorn, un obrero de 18 años que trabajaba en el sexto piso del edificio colapsado, es escalofriante: "Sabía que iba a ser malo. Salí corriendo. Tardó un minuto en derrumbarse. De repente, había humo por todas partes y todo se volvió negro. No podía respirar." Su testimonio, junto con el de otros sobrevivientes, dibuja un cuadro desolador de la magnitud del desastre.
Las imágenes de Mandalay muestran un panorama desolador: edificios derrumbados, personas heridas en hospitales y escenas de terror en el aeropuerto durante el sismo. La pagoda de Shwe Sar Yan, de más de 1.000 años de antigüedad, sufrió daños significativos, al igual que partes del palacio real. El terremoto también causó daños en ciudades chinas fronterizas como Ruili.
El impacto del terremoto en Myanmar se agrava por la situación política interna del país, con una guerra civil en curso y una población ya afectada por el desplazamiento forzado. La llegada de ayuda internacional se ve dificultada por el control de la junta militar, lo que genera preocupación por la posibilidad de que la cifra de víctimas aumente considerablemente. Según Joe Freeman, especialista de Amnistía Internacional, "este terremoto no podría haber llegado en peor momento para Myanmar."
Más allá de las cifras, la experiencia de quienes sobrevivieron a este evento deja una profunda marca. El testimonio de Tom Beeston, un británico residente en Bangkok, resume el sentir general: "Fue confusión y luego un poco de pánico. Es una de esas cosas en las que nunca piensas que podría pasarte a ti."