242 Libras de Mortadela Confiscadas en Frontera México-EEUU

La madrugada del sábado pasado, en el puerto de entrada de El Paso, un agente de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) se encontró con algo fuera de lo común. No era un cargamento de droga, ni armas, sino algo mucho menos esperable: 242 libras de mortadela de cerdo.
El protagonista de esta peculiar situación es un hombre de 52 años, residente de Albuquerque, Nuevo México. Al ser interrogado, dijo no llevar nada que declarar. Sin embargo, la canina “Harlee”, experta en detectar productos agrícolas, tuvo una opinión distinta. Su olfato lo llevó directamente a la parte trasera del vehículo, donde se encontraron 22 rollos de mortadela, ingeniosamente ocultos bajo otros objetos.
La sorpresa no terminó ahí. En la consola central del vehículo, se descubrieron 60 tabletas de Tramadol, un medicamento controlado que tampoco había sido declarado. La mortadela, según las regulaciones del USDA, fue confiscada y destruida.
Pero aquí viene lo más interesante: este no era el primer intento del hombre. En enero, había sido detenido en el mismo lugar por intentar contrabandear 55 rollos de mortadela. En aquella ocasión, recibió una sanción civil. Ahora, la reincidencia le podría costar bastante más caro: una multa de hasta $10,000 dólares. Además, recibió un pagaré de $1,000 por el Tramadol.
"Los productos porcinos tienen el potencial de introducir enfermedades animales foráneas a EE. UU., lo cual puede tener un impacto devastador en la economía estadounidense y en nuestra industria agrícola," declaró Héctor A. Mancha, director de Operaciones de Campo de la CBP en El Paso. El caso ha sido remitido a los Servicios de Investigación y Cumplimiento del USDA. La colaboración entre el Departamento de Agricultura de EE. UU. y el Departamento de Seguridad Nacional es crucial para proteger la agricultura estadounidense.
El incidente deja una lección: declarar todo lo que se lleva al cruzar la frontera no es solo un requisito, sino una medida de protección para la salud económica y alimentaria del país. Y, por supuesto, evita sorpresas poco apetitosas, como acabar con una montaña de mortadela confiscada.