Estados Unidos retira pena de muerte a capos mexicanos en giro estratégico

Los fiscales federales notificaron esta semana que retiraron la solicitud de ejecución capital en los casos contra los líderes del Cártel de Sinaloa y de Juárez. "Es un acto de pragmatismo jurídico", explicó un funcionario bajo condición de anonimato. "Buscan acelerar los procesos sin perder el control sobre la información que estos capos pueden proporcionar".
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Mientras tanto, en una prisión de máxima seguridad en Colorado, Joaquín "El Chapo" Guzmán libra otra batalla. Documentos judiciales obtenidos por este medio revelan que el exlíder del Cártel de Sinaloa denuncia "aislamiento comunicativo" desde hace diez meses. Sus abogados alegan que las autoridades penitenciarias bloquean sistemáticamente su derecho a consultas legales.
El contraste es evidente: donde unos ganan márgenes de maniobra, otros pierden hasta lo básico. Los hijos de Guzmán, Ovidio y Joaquín, negocian actualmente sus propias sentencias con el gobierno federal. El primero ya aceptó declararse culpable; el segundo sigue en conversaciones. Todo mientras la sombra de la inyección letal se aleja —al menos temporalmente— de sus antiguos socios.