Refugios animales en EU colapsan por deportaciones: perros abandonados tras redadas

Lo que comenzó como un goteo de casos aislados ahora es una marea: "Llegamos al punto de recibir tres llamadas diarias por animales atados afuera de casas embargadas o abandonados en departamentos vacíos", confiesa una coordinadora de rescate en Florida que pidió omitir su nombre.

Detrás de cada caso hay un patrón repetido: dueños detenidos por ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) que desaparecieron sin poder hacer arreglos para sus compañeros de cuatro patas. Jean Harrison, de Big Fluffy Dog Rescue, describe hallazgos desgarradores: "Encontramos dos Gran Pirineo con el peso de un cachorro. Sobrevivieron lamiendo goteras y comiendo yeso de las paredes". La organización, que usualmente rescata 15 animales mensuales, ahora recibe esa cantidad cada semana.

• 22 perros y 6 gatos ingresaron solo en junio al sistema del condado de Los Ángeles
• El 40% mostraba signos de deshidratación severa al ser rescatados
• Refugios en Texas, Arizona y Florida reportan ocupación al 200% de capacidad

Lo más inquietante, según activistas, es la invisibilidad del fenómeno. "Las familias no denuncian por miedo a represalias. Llegan perros con correas donde alguien escribió 'cuidenlo' en español", relata Daymi Blain de Adopt and Save a Life Rescue. Las redes de voluntarios han creado sistemas paralelos: listas de cuidadores temporales, clínicas veterinarias móviles cerca de centros de detención, y hasta "pasaportes" con historial médico para facilitar adopciones.

Mientras, en el limbo legal, Christopher Valles del Departamento Animal de L.A. explica el dilema: "Legalmente son propiedad abandonada, pero emocionalmente son víctimas de una tragedia humana". Los casos más urgentes son los de razas grandes -pitbulls, pastores alemanes-, difíciles de reubicar y primeros en la lista para eutanasia cuando el espacio escasea.

Entre documentos migratorios y jaulas de transporte, surge un detalle revelador: 70% de las mascotas abandonadas llevaban microchip con datos actualizados. "Demuestra que eran animales queridos, no negligencia común", apunta un veterinario de Tucson mientras revisa a un labrador con cicatrices de intentar escapar de una casa cerrada. En los patios de los refugios, los carteles ya no dicen "en adopción", sino "¿Reconoces a este dueño?".

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