Redadas masivas en California: la pesadilla de 360 migrantes deportados

"Fue como ver una pesadilla, pero estaba despierto", confesó horas después de ser deportado a Tijuana, donde ahora duerme en un albergue con el olor a marihuana aún impregnado en su ropa. Su historia se repite entre los 360 migrantes detenidos durante las redadas del 10 de julio, consideradas las más grandes desde el inicio del gobierno de Trump.
Detrás de los números oficiales hay relatos que ponen carne y hueso a las estadísticas:
Lo más crudo llega al final del viaje. Para Yahir, la deportación no solo significó perder el trabajo que tuvo por décadas, sino enfrentar una paradoja existencial: "Soy mexicano, pero mi vida ya no está aquí". Mientras espera en Tijuana, revisa constantemente fotos de sus hijos en un telestro que pronto podría quedarse sin saldo. Sus recuerdos más recientes de México son de cuando era un niño descalzo en los años 90, antes de cruzar el desierto buscando un futuro que ahora, 26 años después, vuelve a esfumarse.