Migrantes mexicanos buscan justicia tras tiroteo en Texas por director de centro de detención

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Era una noche de septiembre de 2022 cuando un grupo de migrantes mexicanos se detuvo a descansar cerca de un reservorio en Sierra Blanca, Texas; lo que parecía una pausa inocente se convirtió en una tragedia que aún hoy, casi tres años después, sigue buscando justicia

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Nicol Matuz Scott el 15/08/2025 10:30 AM.
En Internacional y editada el 15/08/2025 09:01 AM.

Jesús Sepúlveda Moreno, un migrante originario de México, perdió la vida tras recibir un disparo en el rostro. Berenice Casías Carrillo, otra de las personas que intentaban cruzar la frontera, resultó gravemente herida por un impacto en el abdomen. El presunto responsable: Mike Sheppard, entonces director de un centro de detención privado operado por LaSalle Corrections.

"Pensé que estaba disparando a un animal salvaje", declaró Sheppard según documentos judiciales. Sin embargo, las víctimas y sus familias no aceptan esa versión. Ahora, un juicio civil podría marcar un precedente en casos de violencia contra migrantes en la frontera.

El proceso legal revela detalles escalofriantes:

Sheppard viajaba en un vehículo registrado a nombre de LaSalle Corrections
Se dirigía a una reunión oficial representando a la compañía
Su hermano gemelo, Mark Sheppard, iba como acompañante

La defensa de LaSalle Corrections intentó desestimar el caso argumentando que Sheppard no actuaba en funciones laborales durante el incidente. Sin embargo, el juez federal David Briones rechazó el argumento, señalando que como director de la instalación, Sheppard mantenía responsabilidades institucionales incluso fuera del centro.

Mientras el caso civil avanza, la investigación penal sigue su curso bajo la supervisión de los Texas Rangers. Las autoridades han mantenido hermetismo sobre las evidencias, argumentando que revelar detalles podría contaminar el reducido grupo de posibles jurados en el condado de Hudspeth.

Para la familia Sepúlveda, este juicio representa la última esperanza de obtener justicia para Jesús, quien dejó atrás a un hijo pequeño. Berenice Casías, por su parte, enfrenta secuelas físicas y emocionales que han cambiado su vida para siempre.

El caso ha puesto bajo los reflectores las complejas dinámicas de seguridad en zonas fronterizas remotas, donde historias como esta suelen quedar en la impunidad. El veredicto podría sentar un precedente sobre la responsabilidad de empleadores en actos violentos cometidos por sus ejecutivos.