"Este pacto refleja la alianza estratégica entre nuestras naciones", declaró el secretario de Estado Marco Rubio, quien defendió la medida como un mecanismo para "distribuir la responsabilidad migratoria y frenar el abuso del sistema de asilo". Sin embargo, organizaciones humanitarias ya alzan la voz: temen que los solicitantes de refugio terminen en países sin capacidad real de protección.
Los detalles del acuerdo:
- Permitiría derivar a Paraguay a migrantes que lleguen a suelo estadounidense buscando asilo
- Forma parte de una red global de acuerdos similares con naciones como Ruanda y Kosovo
- Incluye cláusulas de "reubicación temporal" mientras se resuelve el estatus legal
La administración Trump ya ha ejecutado traslados polémicos, como el envío de ocho hombres a Sudán del Sur o los acuerdos con Costa Rica y Panamá. Cada caso genera un debate entre el control fronterizo y los derechos fundamentales, un equilibrio que ahora se extiende a Sudamérica.
Mientras Paraguay se prepara para asumir este rol, las preguntas sobre protección internacional y soberanía migratoria quedan flotando en el aire. Lo único claro es que la geopolítica del asilo nunca volverá a ser la misma.
