Trump amplía facultades militares para intervenir en protestas civiles en Estados Unidos

"Si vamos a una ciudad, la dejamos resuelta en una semana", declaró Trump durante la firma del documento, rodeado de aliados como JD Vance y Kristi Noem. La frase, más que una promesa, suena a advertencia dirigida a alcaldes demócratas. El texto exige a cada estado preparar un "número razonable" de soldados listos para movilizarse en horas, creando unidades especializadas en "seguridad pública".
Detrás del lenguaje técnico hay un cambio radical: la militarización de tareas policiales. Aunque la Ley Posse Comitatus de 1878 prohíbe usar tropas federales como fuerza de orden interno, la nueva orden se ampara en resquicios legales. Ya hay precedentes: en junio, Trump desplegó efectivos en Los Ángeles pese al rechazo del gobernador Newsom. Ahora, según filtraciones a medios, el Pentágono evalúa planes de contingencia para Chicago, ciudad que el presidente ha señalado como "fuera de control".
El reloj avanza. En Union Station, estudiantes comparten espacio con patrullas militares. En el Capitolio, senadores republicanos celebran la medida mientras demócratas advierten sobre un precedente peligroso. La pregunta flota en el aire: ¿qué ciudad será la siguiente? Baltimore, Nueva York o quizá ninguna. La estrategia parece clara: mantener la incertidumbre como arma política.