Terremoto en Afganistán deja más de 800 muertos y 2,700 heridos

"Las operaciones de rescate continúan, pero los deslizamientos de tierra han bloqueado carreteras y complican el acceso a las zonas más remotas", declaró Zabihullah Mujahid, portavoz del Gobierno talibán. La mayoría de las víctimas se concentran en Kunar, donde el sismo arrasó comunidades enteras, mientras que en Nangarhar los daños, aunque graves, fueron menores en comparación.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ubicó el epicentro a solo 27 kilómetros al este de Nangarhar, a una profundidad de ocho kilómetros, un factor que intensificó la destrucción. "Los terremotos poco profundos son los más peligrosos, especialmente en zonas con infraestructuras débiles", explicó un sismólogo consultado.
Ante la emergencia, el Gobierno talibán anunció medidas urgentes:
La comunidad internacional reaccionó con rapidez. Pakistán, Irán y China enviaron condolencias, mientras que India y la UE prometieron apoyo logístico. Sin embargo, Afganistán enfrenta un desafío mayúsculo: su sistema de salud, ya colapsado por la crisis económica, no está preparado para catástrofes de esta magnitud.
Esta región, ubicada en el Hindu Kush, es conocida por su alta actividad sísmica. Los expertos recuerdan que, sin protocolos de prevención ni recursos estatales, cada temblor se convierte en una amenaza letal para una población que vive al día. Mientras los equipos de rescate siguen buscando sobrevivientes entre los escombros, las familias damnificadas duermen a la intemperie, con la única esperanza de que la ayuda llegue antes de que sea demasiado tarde.