Caída en fertilidad de EE.UU. amenaza futuro económico y social

El dato frío lo dice todo: la tasa de fertilidad en EE.UU. está en caída libre y las proyecciones federales no son optimistas. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), el promedio de hijos por mujer podría desplomarse a 1.6 en los próximos 30 años, muy por debajo de la "tasa de reemplazo" de 2.1 necesaria para mantener estable la población sin depender de la inmigración.
"No es solo un número, es una bomba de tiempo social", advierte William Frey, investigador del Brookings Institution. El problema no es solo que nazcan menos niños, sino lo que eso significa para el equilibrio del sistema: menos trabajadores activos, más adultos mayores dependientes y programas sociales al límite. La encuesta del Pew Research Center revela que el 53% de los ciudadanos ve este declive como una amenaza, pero las opiniones están divididas. Mientras el 63% de los republicanos lo considera un problema urgente, solo el 44% de los demócratas comparte esa alarma.
Algunos expertos, como Margaret Anne McConnell, economista especializada en salud pública, ven un lado positivo: "Decidir cuándo y cuántos hijos tener según tus posibilidades es un logro social". Pero otros, como Beth Jarosz de la Population Reference Bureau, alertan sobre el riesgo de desatender a las nuevas generaciones: "Si no invertimos en niños saludables y educados ahora, ¿quién sostendrá el país cuando seamos viejos?".
Mientras el Congreso debate desde licencias parentales hasta cobertura de fertilidad, una pregunta flota en el aire: ¿Puede revertirse esta tendencia? Los antecedentes internacionales no son alentadores. Países con políticas familiares robustas, como Alemania o Singapur, no han logrado recuperar sus tasas. La inmigración aparece como pieza clave, pero en un país donde el tema divide más que une, la ecuación demográfica se complica.