La tarde del domingo, el asfalto de Culiacán se convirtió en escenario de una persecución que culminó con disparos y heridos. Dos hombres, Édgar Román (34 años) y Régulo (42 años), resultaron lesionados tras una balacera con agentes estatales - o municipales, según versiones contradictorias - en la zona sur de la ciudad.
La historia, contada desde el punto de vista de los afectados, comienza alrededor de las 14:00 horas en la avenida Álvaro Obregón. Los tres amigos circulaban en una camioneta Toyota Tacoma con placas empadronadas, pasando por la entrada del fraccionamiento Stanza Córcega, cuando los uniformados les ordenaron detenerse. Sin embargo, los hombres, bajo los efectos del alcohol, decidieron ignorar la señal e intentar escapar. La camioneta aceleró, mientras los agentes se lanzaban en su persecución.
La escena se tornó caótica al avanzar por la colonia Antorchista. Los tripulantes de la camioneta, en un intento desesperado por evadir a los policías, invadieron el carril contrario, impactándose de frente contra una pila de tierra y escombro. En ese instante, la lluvia de balas continuó. Uno de los ocupantes recibió un impacto en el cuello, otro en la pierna, mientras que el tercer pasajero salió ileso.
La camioneta, ahora convertida en un amasijo de metal y vidrio roto, mostraba con claridad la violencia del enfrentamiento. Los cristales traseros presentaban múltiples impactos de bala. Los heridos fueron trasladados a un hospital, bajo custodia policial, en calidad de detenidos.
¿Qué sucedió realmente? La versión de los afectados apunta a un intento de extorsión por parte de los agentes, un miedo que los llevó a huir, pero también a un trágico desenlace con graves consecuencias.